Bruselas propondrá garantizar los depositos por 100.000 euros

Hace unos días, algunos países de la Unión Europea anunciaron que garantizarian todos los depositos, en su totalidad, que fuesen abiertos en sus entidades bancarias.

Como era de esperarse, el pánico cundió tanto en el resto de los Gobiernos de la UE como en las entidades bancarias de otras nacionalidades.

Evidentemente, estas medidas fueron completamente unilaterales de parte de países como Alemania, Grecia e Irlanda, lo que prácticamente puso en jaque al resto de los miembros europeos.

¿Por qué? Porque estas medidas abrieron la posibilidad de una fuga de capital. Como es lógico, ante la difícil situación económica y frente a la posibilidad de quiebra de los bancos, los ahorradores buscan asegurar el dinero que tienen en el banco.

Hasta ayer 6 de octubre, en España los depositos estaban garantizados hasta los 20.000 euros, lo que podía provocar que los ciudadanos sacaran su dinero de los bancos españoles y fueran a invertirlo en un banco alemán, en donde su depósito estaría garantizado sin límites.

Inmediatamente, los ahorradores españoles comenzaron a mostrar preocupacion respecto a sus depositos, algo no muy positivo para la banca española.

Afortunadamente, tanto Bruselas como España han reaccionado bastante rápido.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha reunido primero con entidades financieras, en donde al parecer habían acordado garantizar los depositos por encima de los 40.000 euros.

Sin embargo, hoy, en Bruselas, la propuesta ascenderá a alrededor de 100.000 euros. Si esta idea es aceptada, entonces esa cantidad sería también la garantizada en España.

Evidentemente, el punto es que la banca española no sufra un gran golpe al perder depósitos de manera sorpresiva y que tanto los ciudadanos como las empresas se sientan seguros quedándose en los bancos de sus propios países.

Yo espero que esta medida se aplique de inmediato, de lo contrario, el pánico colectivo puede provocar una fuga masiva de capital que no me atrevo ni a pensar lo que podría provocar, al menos en España.