A los bancos se les ayuda. Se les da dinero, y no precisamente a préstamo. Facilidades de todo tipo, incluso se les quiere quitar la supervisión por parte del Banco de España en materia de comisiones con la última “Ley de Transparencia Bancaria”.
Si además le sumamos el disparate de la posibilidad de cobrar sólo por informar de sus productos y un límite a la competencia en depósitos bancarios, se antoja una posición por parte del Gobierno sin duda favorecedora al sector financiero español.
Y bien, ¿estas ayudas han redundado en el crédito a las familias y a las pequeñas y medianas empresas? La respuesta es rotundamente no.
Según la Asociación Española de Banca (AEB), los bancos españoles habían concedido 853.438 millones de euros en créditos, lo que supone tan sólo un incremento del 0,3% respecto al saldo acumulado en el mismo mes de 2010.
Esto a efectos prácticos supone que el grifo del crédito esté más cerrado que abierto y prácticamente moviéndose en los mismos niveles que un año atrás.
En el mismo mes de 2010 se había incrementado un 0,7% la base total de créditos concedidos por los bancos, un incremento sustancialmente mayor al actual.
¿Y ahora, de lado de quién estamos?
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