Los dirigentes del grupo Banca Cívica (Caja Navarra, CajaCanarias, Caja de Burgos y Cajasol), tienen hoy en día bastante trabajo.
Por un lado, recientemente se ha terminado por incorporar Cajasol a una fusión fría en la que intentarán hacerse más fuertes después de que Caja Navarra, una de las integrantes del grupo, suspendiera en los test de estrés realizados el pasado verano a buena parte de la banca española y a un pequeño grupo de entidades del resto de Europa, donde no quisieron mojarse tanto.
Una de las noticias que inunda el papel salmón estos días es la ayuda que pedirá finalmente Grupo Banca Cívica al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), un fondo que sirve precisamente para esto, para ayudar a las distintas fusiones realizadas a empezar el camino y reestructurarse, a la par de fomentar las mismas, algo importante en un espacio financiero español en el que parecen sobrar cajas de ahorro.
En concreto pedirán en torno a 1.100 millones de euros, cantidad que en principio irá destinada a financiar prejubilaciones que se llevarán a cabo en cada una de las entidades que sobran el grupo. Los “recortes” de plantilla en este tipo de fusiones están a la orden del día, aunque no se vaya a mandar a nadie a la calle y se luche por los trabajadores inmersos en este tipo de fusiones, porque no se cierren sucursales.
Pero esto será una parte del FROB, otra irá, presumiblemente, a la subsanar el deterioro que Cajasol podría tener en sus recursos propios al contabilizar las pérdidas que presumiblemente tendrá en los próximos años, sabiendo que esto mismo lo han hecho ya el resto de cajas que forman el grupo.
Todo este engranaje deberá estar funcionando antes del 31 de diciembre, fecha límite del FROB en España.
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