Morosidad, paro, déficit... ¡histeria colectiva!

El peor escenario económico posible nos lo pintan todos los días los políticos. Y si no, ya nos encargamos los medios de hacer la autopsia y ver el lado oscuro de la realidad. Estas semanas me sorprendieron varias noticias que, sinceramente, si no provocaron el suicidio en masa, a punto estuvieron de provocar un magnicidio colectivo.

La amarga mezcla de paro, morosidad y déficit en el INEM a punto estuvieron de hacer saltar por los aires al país. Hace pocos días conocimos que en agosto se produjo el mayor índice de desempleo en diez años. Nada más y nada menos que 2,5 millones de personas se vieron sin trabajo en el agosto más negro de la década, un 4% más que el mes anterior.

La situación vino a agravarse cuando el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, reconoció que el INEM podía entrar en déficit por el mayor gasto en los subsidios de desempleo provocados por el alza de paro. A pesar de que aseguró que no había peligro de que los parados se quedasen sin cobrar su subsidio, digamos que este tipo de declaraciones inquietan bastante.

La rematadera había llegado semanas antes de la boca del ministro de Economía, Pedro Solbes, que ante el dato del incremento de la morosidad que curiosamente alcanzó en agosto el 1,61%, el nivel más alto desde 1999, según indicó el Banco de España, confirmó que el Estado podía asumir estos niveles de morosidad. Está bien que nos intente tranquilizar, pero tampoco está bien que nos alente a no pagar. ¡Como si nadie conociera la picaresca de este país!

Evidentemente, este tipo de noticias asustan a todos y no benefician a nadie. Asustada está la banca, pues con los niveles de paro alcanzados a ver quién puede pagar sus hipotecas. Asustados están los ciudadanos, pues con esta situación a ver quien les concede un crédito o una hipoteca. Sin embargo, hay que ser cautos y sobre todo, prudentes en nuestros gastos. Y quien pueda, qué invierta en depósitos o fondos de inversión.