1) Intentar moverse, sin prejuicios, de una entidad a otra, allá donde nos ofrezcan un mayor tipo de interés, salvo que la diferencia sea mínima y por otras razones de peso prefiramos la que menos nos ofrece.
2) No vincularse demasiado. Siempre existen alternativas sin vinculación que podemos utilizar. Incluso ya el domiciliar la nómina por un depósito podría suponer un coste de oportunidad elevada, sabiendo que podemos obtener buenos servicios a cambio tarjetas gratuitas, regalos, devolución de recibos… en definitiva más que un depósito.
3) Tener cuidado con las comisiones de las cuentas asociadas, esto es algo que muchas entidades se callan y después nos encontramos la sorpresa.
4) Negociar, en la medida de lo posible, e intentar siempre que nuestros ahorros estén en el mejor de los sitios en la mejor de las condiciones posibles.
5) Cuidado con las renovaciones automáticas en depósitos con comisión por cancelación anticipada, si no nos lo renuevan sin darnos cuenta y queremos disponer de nuestro dinero nuestra rentabilidad caerá en picado.
6) También precaución precisamente con las comisiones por cancelación elevadas.
7) Invertir tan sólo aquello que estemos seguros de no necesitar, y si no estamos muy seguros, al menos no invertirlo a largo plazo. Por si acaso.
8) Hay más, pero quería terminar diciendo que el máximo del Fondo de Garantía de depósitos es importante tenerlo en cuenta. Es por persona y entidad, y asciende hasta los 100.000 euros. Así, nuestro dinero invertido en estos productos estará totalmente asegurado por este fondo (sin desconfiar en ello).