Lo primero que te enseñan en cualquier asignatura relacionada con la Microeconomía es la disyuntiva ocio/trabajo.
Aprender a valorar nuestro tiempo libre es la tarea pendiente, aunque no lo parezca, de buena parte de la sociedad occidental, incluidos los españoles, por mucho que parezca todo lo contrario.
Hablando con familiares me comentaban que estaban haciendo unas horas extras para sacarse un dinero también extra. Con todo, llegan a casa tarde, cansados, sin tiempo casi para nada, y casi para ir a dormir y mañana volver a trabajar.
Si tomamos esto como algo temporal, puede ser la salida a algún problema económico de fácil solución, pero llevarlo a la habitualidad es poco menos que desaconsejable. ¿Cuánto vale nuestro ocio?
Leyendo un muy interesante artículo de Comparativadebancos, veo cómo hablan de algo que, aunque pueda parecer obvio o banal, realmente no lo es.
El trasfondo fundamental que debemos leer entre líneas es el coste de oportunidad de todo aquello que hacemos para ahorrar:
- Cuánto ahorramos realmente por ir al supermercado de la ciudad a hacer la compra, descontando todas las horas que le echamos y los gastos en transporte.
- Cuánto ahorramos, como dicen en el artículo citado, por reparar o hacer chapuzas en casa que por poco más nos lo podrían hacer contratando servicios profesionales. ¿Merece la pena? Habrá casos en los que sin duda sí, pero no todos.
- Lo mismo para las finanzas personales, dedicarle mucho tiempo supone un coste en forma de ocio que supone, aunque de forma algo abstracta, una merma de la eficiencia de nuestros ahorros medido en la ganancia de tipo de interés por tiempo invertido extra. Si le dedicáramos menos tiempo ¿Perderíamos mucha rentabilidad?
En resumen, si por ahorrar 20-30 euros nos tiramos dos horas montando un mueble de cualquier marca en casa, por poner un ejemplo, ¿realmente vale nuestro tiempo libre esa cantidad de dinero?
No decimos que no haya que ahorrar, todo lo contrario, en este blog tratamos de dar consejos en este aspecto, pero sí que hay que aprender a valorar nuestro tiempo de forma que lo aprovechemos al máximo, para así, en definitiva, maximizar nuestro tiempo de ocio y ahorros, de una forma eficiente, puesto que maximizar sólo nuestros ahorros mermando nuestro tiempo puede suscitar la pregunta de ¿Para qué quieres el dinero si no tienes tiempo para gastártelo?
Son reflexiones que tenemos que aplicar a nuestra vida, cada uno con sus ejemplos personales, pero con el fondo claro que podemos concluir de este tipo de consejos.
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