Después nos dicen algunos que no entienden la guerra del pasivo; y es que como diría alguno “la cosa está muy mal”.
Hay algunas Comunidades Autónomas que lo están pasando bastante mal, como es el caso de la Generalitat de Catalunya o la Comunidad Balear, donde en el caso catalán el nuevo conseller de Economia i Coneixement, Andreu Mas-Colell asegura que los compromisos económicos de la Generalitat están garantizados por dos meses y que la necesidad de financiación de la Comunidad Autónoma se eleva a unos 10.000 millones de euros, que se dice pronto.
Ante unas circunstancias similares, Baleares quiere lanzar unos bonos muy atractivos al 4,75% como ya hizo la Generalitat.
No se entiende entonces cómo desde organismos públicos se incite a entidades privadas a que no paguen estos tipos de interés para financiarse cuando lo están haciendo estas mismas instituciones públicas.
El éxito de estos bonos está garantizado: bonos públicos a un tipo de interés que a penas se llega en el mercado de depósitos bancarios, con un a priori menor riesgo (algo cuestionable). La emisión será de 200 millones en primera instancia y podrá llegar hasta los 300 millones; que llegará.
¿Qué es más fácil que “quiebre” una Comunidad Autónoma o que lo haga Caja Madrid?
El debate está servido.
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