El IPC ha bajado durante este mes de mayo de 2011 tres décimas, al registrar una subida en términos interanuales del 3,5% frente al 3,8% del IPC del mes de Abril que nos puso en voz de alarma.
Y no por esta bajada tenemos que dejar de preocuparnos. Por un lado los ahorradores, porque sabemos que una vez descontadas las retenciones por rendimientos de capital de nuestros depósitos que suman casi una quinta parte de los intereses generados (un 19% en la actualidad y puede que suban más) perderemos poder adquisitivo pues los precios habrán crecido por encima de lo generado en muchos casos.
Por otro lado porque nuestros salarios, aquel afortunado que tiene nómina en este país, es probable que no se vean beneficiados de una subida anualmente ni siquiera para cubrir el IPC.
En sectores como el transporte no se está ni siquiera pagando el precio de la subida de los combustibles durante estos meses.
En Portugal se ha propuesto que se pueda pagar salarios a los jóvenes inferiores incluso a 600 euros. Teniendo en cuenta que el IPC ya se venía disparando en Portugal a finales de año, no sabemos cómo van a aguantar los jóvenes esta situación.
Porque trabajar está bien, pero ¿A qué precio?
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