Con la prohibición de realizar operaciones en efectivo por importes superiores a los 2.500 euros en las que intervenga un empresario profesional, los bancos han encontrado otra oportunidad de crear negocio puesto que ahora serán necesarios más que nunca sus servicios (se auguran aumentos de comisiones por encima de la media de tarjetas y transferencias).
La medida, que ya ha sido implantada en países como Francia, Italia o Grecia, tiene como objetivo reducir el volumen de dinero negro en circulación, y hace cada vez más importante tener una cuenta corriente que no nos cobre comisiones.
Ahora tendremos que pagar todos los servicios que nos realicen autónomos o profesionales (empresas) por encima de 2.500 euros mediante transferencia, tarjeta, o cualquier otro medio de pago, pero no en efectivo. Se antoja del todo necesario tener una cuenta corriente que no nos cobre comisiones por transferencias (cada vez son más caras en aquellas entidades que cobran este tipo de comisiones) y tener una tarjeta de débito, a ser posible, gratuita.
Esto nos puede hacer ahorrar centenares de euros o miles si somos una PYME y debemos hacer muchos pagos superiores a los citados 2.500 euros. No lo perdáis de vista.
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