Hacía años que se veía la necesidad de que aquellas cajas que gocen de una peor posición competitiva se fusionaran en un sistema español con “overbooking de cajas”.
Este “overbooking de cajas” unido a las exigencias de Core Capital que España ha impuesto a sus cajas (algo que desde algunos sectores se ha tachado como un “plan de liquidación de las cajas de ahorros en España”) ha hecho que Unicaja y Caja España-Duero intenten su fusión.
Parece que lo que harán será formar un banco, con el que tengan más fácil el acceso a la emisión y colocación de capital primario con el que cumplir los niveles de exigencia de Basilea III que hemos adelantado en España.
Sin querer adentrarme en más, diré que en mi opinión esta no debería ser la última fusión (o más bien, fusión de fusiones) que se lleve a cabo entre las cajas de ahorro de este país.
En un panorama de competencia global como es el que se quiere llevar a cabo en la UE, no tiene sentido la presencia de pequeñas cajas que se circunscriben a un pequeño ámbito local, donde tienen su verdadero sentido.
Fusiones que las hagan más competitivas y más fuertes tanto dentro del país como fuera es la vía por la que hay que caminar, así como mantener unas fuertes exigencias no sólo para ellas, sino para todas las entidades de depósito de este país.
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