Agencias ratings, agencias de calificación de riesgos o agencias de clasificación de créditos, como las queráis llamar, son las que día sí día no se encargan de decir en qué país o en qué entidad podemos confiar y en cual no.
Son, por tanto, las dueñas de nuestra confianza y las que dictan nuestras posibles opciones de inversión, pero… ¿Están bien informadas?
Parece que ya nadie se acuerda de que son estas agencias las que se encargaron de calificar como Triple A (AAA) los paquetes de créditos que contenían en buena medida las denominadas “hipotecas basura” y que eran prácticamente incobrables. Claro, como iban en conjunto con otras de calidad excelente y eran los propios bancos los que les pagaban para que les dieran las calificaciones oportunas, aquí ganaban todos. Fue el comienzo de la actual crisis y, por no saber valorar los riesgos, ocurre lo que ocurre hoy en día.
Si se hubieran calificado estos productos como se debería haber hecho, probablemente otro gallo cantería pero… ¿Por qué no se exigen responsabilidades? No quiero profundizar mucho en esto, pero sí que es para estar indignados puesto que, ¿Quién hubiera comprado estos paquetes de hipotecas con una calificación negativa?
Ahora se quiere cambiar y se quiere que sea el futuro inversor el que pague por esta información, que varía mucho de una entidad a otra y que se encargan de condenar o no a un país a que gane o pierda miles de millones de euros en intereses.
¿Es este el sistema adecuado? Parece que todo pasa porque se homogenicen conceptos entre todas las agencias de ratings y que sean criterios objetivos de forma que las notas se muevan todas en el mismo sentido y a la vez y que se diferencien por los servicios extras que puedan aportar al inversor.
1 comentario:
felicitaciones excelente post
Publicar un comentario