Hay depósitos que se renuevan automáticamente al finalizar el plazo del mismo y, por supuesto, a una rentabilidad muy inferior a la que anteriormente tenía el depósito. Por ejemplo, si teníamos un depósito que ofrece un 4% TAE puede ser perfectamente renovado al 1% TAE.
Es muy probable que ni tan siquiera nos hayamos dado cuenta de que hemos firmado la renovación automática del depósito, puesto que no nos suelen avisar al formalizar el depósito de que existe.
El principal problema que tienen estas renovaciones automáticas es que si no nos damos cuenta de que ha terminado el plazo del depósito y es renovado a un tipo de interés bajo, durante este plazo no obtendremos a penas rentabilidad.
Pero es más, los depósitos bancarios suelen tener comisión por cancelación anticipada, lo que supone que cuando nos demos cuenta que nos lo han renovado al 1% TAE y lógicamente cancelemos el depósito, perdamos la totalidad de la escasa rentabilidad generada al 1% TAE si tenemos una comisión del 2%, 3% o 4% que son tan habituales.
Ojo, pues, a las renovaciones automáticas para exprimir al máximo nuestros ahorros.
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