Cuando vamos a pedir un crédito o un préstamo nos piden nómina, recibos, nuestra vida laboral, IRPF… Pero ahora también, cuando vayamos a realizar una imposición en un depósito bancario, cada vez es más común que nos pidan la nómina.
El motivo, aunque al principio parezca que sea para evitar el blanqueo de dinero, no es este exactamente sino conocer la procedencia de grandes capitales; si han sido fruto del trabajo, herencias o cualquier otro motivo. Hacienda estará al tanto de esto, y los bancos (o cajas) les ayudarán.
Que esto nos pueda parecer o no excesivo, estamos en todo nuestro derecho, puesto que sin duda alguna por ingresar un dinero en un banco no se ha blanqueado, y si ha sido fruto de algún negocio ilícito sería poco inteligente invertirlo en un depósito bancario puesto que rápidamente, y debido a las retenciones producidas sobre este capital, Hacienda sabrá que hemos tenido un incremento patrimonial difícilmente justificable.
Este protocolo se antoja absurdo o disparatado cuando nos piden IRPF o una nómina para abrir una cuenta en un banco; algo muy esporádico pero que un servidor ha visto con sus propios ojos.
Si nos piden la nómina o IRPF para ingresar dinero, qué nos pedirán para prestarnos. En esas estamos, por desgracia.
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