La situación actual está llevando a muchos inversores a mantener una cartera con fuertes pérdidas con el objetivo de recuperar en el largo plazo las pérdidas tan grandes que se han producido en tan sólo unas jornadas; una apuesta lógica si no se necesita el dinero.
Pero mientras mantenemos la posición de nuestra cartera, las acciones están depositadas en una entidad que nos cobrará un coste por el depósito de estas acciones y su valor. Este coste es la denominada comisión de custodia.