Los minipréstamos están de moda. Se trata de préstamos rápidos de muy pequeña cantidad (no suele superar los 400 o 500 euros) a devolver en un plazo que tampoco suele ser superior a los 30 días.
Se trata de un producto de crédito que no es comercializado por entidades de crédito (bancos, cajas, cooperativas de crédito) sino por empresas privadas destinados a este tipo de fines, que goza de gran popularidad debido a que los conceden incluso estando en ficheros de morosos como ASNEF. Lo que ocurre es que cobran tipos de interés que rozan la usura, del 30% TIN... ¡Mensual! Es decir, casi un 400% TAE. Un auténtico disparate.
A pesar de que tampoco son interesantes, tampoco tenemos que confundir estos minipréstamos con los créditos rápidos que otro tipo de empresas ofrecen, como puede ser un préstamo de Cofidis. La diferencia, aunque el dinero lo otorguen también rápidamente, es que las cantidades son mucho más elevadas y también por tanto los plazos de devolución de la deuda. Aunque el tipo de interés suele ser más bajo, puede llegar al 50% (existen sentencias contra estas entidades por usura).
Es por esto por lo que recomendamos financiarnos a través de préstamos bancarios, con unos tipos de interés incluso menores del 10% o, a las malas, utilizar la tarjeta de crédito para salir de apuros económicos momentáneos.
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