Seguro que habéis notado que a pesar de que los tipos de interés de la eurozona no han hecho más que bajar y que el Euribor se ha venido comportando de la misma forma durante los últimos años, los préstamos personales se han encarecido.
Con una morosidad que está casi en máximos históricos en España con un índice cercano al 9% -esto es, 9 de cada 100 préstamos son impagados, lo cual es muchísimo- las entidades se guardan las espaldas aumentando el tipo de interés como lo hacen los grandes inversores con la prima de riesgo española.
Lo que hacen es aumentar el tipo de interés para cubrir con las ganancias de unos préstamos, las pérdidas que saben que seguro les producirá al menos el 9% de sus préstamos aproximadamente (en algunas entidades más, en otras menos). Es exactamente lo mismo que hacen los supermercados con los precios, pues como sabéis todos llevan incorporado un margen que incluye las pérdidas que suponen a los establecimientos los hurtos, robos, etcétera.
¿Es esto justo? No, sobre todo cuando prestan a un tipo de interés muy elevado y remuneran el pasivo con un margen bastante inferior.
¿Cuándo comenzará esto a remitir? Sencillamente, cuando el grifo del crédito se abra definitivamente, es decir, cuando comience a fluir el dinero entre las entidades bancarias (desde el BCE, desde un rescate (no lo queremos) o desde una recuperación económica de base (industria, sector terciario) más que improbable sin crédito). Sólo cuando las entidades tengan dinero, podrán prestarlo. Este es el problema.
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