Muchos de vosotros conoceréis el término “generación ni-ni” por el programa de televisión, pero lo cierto es que es un nuevo calificativo acuñado por psicólogos y sociólogos que pone nombre a aquellos jóvenes que ni estudian ni trabajan.
En España, sabemos que más del 14% de los jóvenes del país, ni trabajan ni estudian, y lo que es peor, no tienen voluntad o intención de hacerlo.
Sin entrar en fangosos aspectos de sociológicos, sí que cabe decir que desde el aspecto económico estos jóvenes no hacen más que mermar el mercado de trabajo en España.
No trabajan, pero cuando lo hacen su cualificación es muy baja y tampoco parecen dispuestos a exigir, a pesar de ello, un salario digno, pues piensan que es lo que les corresponde sin haber estudiado.
Estos, con poco afán por buscar trabajo, unidos a los que quieren pero no pueden, hacen que España sea el país número uno de la UE con mayor tasa de paro juvenil, con un 40,90%.
Por otro lado hacen que la mano de obra y el capital humano se infravalorice en España. ¿Cómo vamos a conseguir una mayor productividad si seguimos comerciando con industrias y servicios que generan poca? Pero es que algunos dirán que la mano de obra que tenemos es para esto, aunque no siempre es así y obtenemos datos de signo contrario donde los jóvenes españoles que efectivamente se preparan cuentan con una de las mejores formaciones de toda la UE.
Cultura del esfuerzo y educación desde la base pueden ser los métodos, pero es importante que de estas líneas se saque la conclusión de que esta generación influye directamente en nuestro bolsillo. Y en nuestro bolsillo del futuro, para aquellos que aún tengan esperanzas de cobrar una buena pensión por parte de la Seguridad Social.
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