Aquellos que fueron previsores, aquellos que no se hipotecaron por encima de sus posibilidades, aquellos que no siguieron la cultura del casa-coche-hijos, y, en resumen, aquellos que decidieron ahorrar en lugar de gastar sin medida, son ahora los que pagarán el pato de una crisis que no causaron.
Y es que el Gobierno quiere subir de nuevo la fiscalidad del ahorro, que ya subieron en su día desde el 18% hasta el 19% por rendimientos del ahorro inferiores a 6.000 euros.
Ahora, y según el diario Expansión, el ejecutivo planea una subida desde el 19% hasta el 22% para plusvalías de hasta 6.000 euros. Para importes superiores, este tipo sería de hasta el 24%.
Hay que notar que son plusvalías, que no es lo mismo que el importe bruto invertido, sino lo generado por nuestros ahorros.
Incluso se habla de que este importe de 6.000 euros puede verse reducido hasta 3.000 euros, algo que haría incluir en este tramo del 24% a un mayor número de ahorradores.
Con esta serían tres las veces en las que José Luís Rodríguez Zapatero ha subido la tributación por rentas de capital, desde el 15% en el que se encontró cuando llegó a la presidencia, pasó al 18% en 2007%, al 19% y 21% en la actualidad y podría romper la barrera del 20% próximamente.
Algunos pensarán que las rentas del ahorro deberían tributar por encima de los rendimientos del trabajo, que ahora se sitúan en el 24%, y puede que no les falte razón, y como medida macroeconómica para fomentar el consumo, la verdad, es de libro, pero que paguen siempre los mismos, no parece justo ¿no creéis?
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