Esto es un hecho, aunque no lo queramos ver: España es el país con más paro de toda Europa.
Y fuera politizar el tema y culpar al partido que actualmente gobierna, lo cierto es que esta elevada sensibilidad al ciclo económico de la tasa de paro es un problema intrínseco de la economía española desde la instauración de la democracia en este país.
Las recetas más o menos las sabemos todos, porque sabemos más o menos los fallos, y gran parte pasa por flexibilizar el mercado laboral pero… ¿A qué precio? Muchos no estarán de acuerdo que esta flexibilización pase por una merma de los derechos de los trabajadores pero lo cierto es que es difícil que esto no sea así.
Todo esto unido por supuesto a una reforma del modelo del sistema productivo despojándonos del ladrillo, ayudará a que España no vuelva a ser el país con más paro de toda Europa, como sólo tenemos que ver:
- España: 20,3%
- Letonia: 20,1% (datos del primer trimestre de 2010)
- Estonia: 18,6% (segundo trimestre de 2010, es decir prácticamente equiparados)
Pero estos datos son aún peores para los jóvenes, donde va camino de la mitad aquellos que quieren encontrar un empleo y no lo hacen, con un 41,5%, doblando la tasa de la unión.
Coherencia y responsabilidad política junto con una visión realista y científica de la economía a tratar, como diría un profesor mío, como un paciente al que debemos de diagnosticar y sanar.
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