Junto con la subida del IVA, el Ejecutivo decidió, además, subir el tipo impositivo para las rentas de capital con el fin de recaudar algo más para las arcas del Estado con la escusa de equiparar este tipo al resto de los países de la vieja Europa.
Si bien la mayor recaudación por la subida de este tipo será escasa y poco notable, el resultado final será un encarecimiento del ahorro ya de por sí maltrecho por los bajos tipos aplicados.
El Gobierno decidió subir los tipos impositivos para las rentas de capital de forma progresiva. Si bien ahora y hasta la próxima subida datada en julio de 2010 se sitúan en el 18%, a partir de esta fecha y para un importe inferior a 6.000 euros subirá hasta el 19%, mientras que para un importe superior a 6.000 euros se aplicará un 21% de retención.
Esto hace que la rentabilidad real del ahorro a plazo en depósitos bancarios disminuya de forma significativa, quedándonos sólo el mal consuelo de que en otros países el tipo aplicado es aún mayor.
Es por esto por lo que nuevos depósitos con intereses por anticipado están dándose a la luz, para intentar evitar esta subida de impuestos y que la rentabilidad real de nuestra inversión, al menos, no disminuya.
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