Como preámbulo a la intervención por parte del Banco de España y pese a los mensajes de tranquilidad emitidos por el Gobierno y la propia caja intervenida, durante los meses de diciembre y enero pasados los depósitos de la entidad se redujeron en 1.000 millones de euros.
En su totalidad, los depósitos se redujeron desde los 17.992 millones de euros a 30 de noviembre de 2008 hasta los 16.953 millones de euros a 31 de diciembre , lo que supone en total una fuga de más de 1.000 millones de euros de la entidad.
Es presumible que en los últimos dos meses la fuga de pasivo de Caja Castilla-La Mancha haya aumentado aún más, y veremos qué pasara mañana lunes tras el anuncio de intervención de la Caja.
En total la fuga de depósitos ha constituido el 6% del líquido proveniente de depósitos y el 4% total de su pasivo.
No pondría la mano en el fuego para decir que Caja Castilla-La Mancha será la única entidad financiera española que caerá, aunque no es previsible que lo haga otra. Mucho se ha hablado de la situación de CAM o Bancaja, pero al menos no disponen de agujeros tan enormes como los de la entidad manchega.
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