Según el último balance del Banco de España, el cobro de comisiones por determinados servicios bancarios por parte de Bancos y Cajas, ha llevado a éstos a ingresar cada mes 1.300 millones de euros de sus clientes. Casi nada.
Así, las entidades financieras ingresaron 11.831 millones de euros durante los nueve primeros meses del año pasado, que, descontados gastos, hace un beneficio global de 9.929 millones de euros.
En contra de lo que pueda parecer, estas cifras han disminuido en 200 millones de euros con respecto a los primeros nueve meses de 2007. Esto es debido, a la guerra del low cost, por la que las entidades financieras de este país disponen, en mayor o en menor medida, de productos “sin gastos ni comisiones”, o pudiendo obtener esta ventaja si contratamos otros productos de la entidad.
Pero para contrarrestar esta guerra, las diversas entidades de este país han subido las comisiones un 50% con respecto a enero de 2005, con el objetivo de optimizar sus balances. Esto sucede especialmente con las comisiones por transferencias. La mayoría de entidades ofrecen sus cuentas y depósitos sin gastos ni comisiones, y es verdad, pero las comisiones por transferencia o por disposición de efectivo se ven disparadas para contrarrestar, como dijimos, el efecto negativo de esta guerra del low cost.
Las tarjetas y el mantenimiento de las cuentas en aquellas de las que disponen de comisión también se ha encarecido.
Esto no tiene sentido. Un banco nos debería pagar a nosotros porque tengamos su dinero con ellos, no al revés. Que te cobren por el simple hecho de tener ahí tu dinero es una triquiñuela que hace que los bancos se sigan enriqueciendo aún más a costa de estas comisiones. Existen, en cambio, numerosas alternativas que no nos cobrarán nada por tener nuestro dinero con ellos, algo básico a la hora de elegir nuestro banco habitual.
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