Como adelantábamos en artículos anteriores a American Express le está afectando la crisis más de lo habitual, y es que debido al impresionante aumento de la morosidad entre su cartera de clientes y sus dificultades para emitir y conseguir financiación, la compañía ha conseguido el dudoso honor de tener la cotización de acciones más baja de los últimos 12 años.
Es por esto por lo que American Express se ha visto obligada en cierto modo a volver a sus orígenes, cuando AmEx emitía tarjetas de débito para estadounidenses adinerados que se puedan permitir pagar sus facturas mes a mes sin ningún tipo de problema.
El problema que podemos encontrar aquí es la falta de mercado o de volumen de negocio que realmente puede encontrar American Express en Estados Unidos, un país en el que la cultura de comprar a crédito se ha arraigado tanto o más que aquí en Europa.
El primer paso ya lo han dado, y es que AmEx ha decidido cancelar el nuevo plan de expansión de negocio para tarjetas de crédito que tenía planeado llevar a cabo.
A su vez, se están aumentando los controles y está siendo más estricta con aquellos consumidores de plástico que, aunque en un principio pudieran parecer clientes solventes, ahora su situación no es demasiado boyante.
Esto se plasma en las declaraciones de su CEO Alfred Kelly al diario Wall Street Journal, “Si hubiéramos sabido que se avecinaba esto, habríamos reducido algunas de nuestras inversiones y adoptado un mayor proteccionismo en nuestras decisiones de crédito”
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