Ya os decía hace poco que la situación del mercado hipotecario en España estaba mal, pero es que es verdad.
Es tan cierto, que la concesión de hipotecas está bajando drásticamente, en gran parte debido a que las entidades financieras de este país tienen un gran recelo a su oferta práctica. Un recelo fundado, por supuesto, y es que los índices de morosidad de este país alcanzan ya máximos históricos, situándose en torno al 4% del total de las hipotecas españolas, las cuales se consideran ya “insalvables”.
Han sido muchos los intentos de estimular la oferta. Por parte del BCE bajando los tipos de interés, medida la cuál sólo ha conseguido estimular sensiblemente la demanda y sobre todo las subrogaciones, pero no la oferta. Otras medidas han venido por parte del Gobierno, con aquellos fondos FAAF que os comentaba días atrás, medidas que como todos sabemos no se han visto repercutidas en la concesión de crédito y préstamo a particulares.
Algunas entidades incluso no disimulan en apartarse de la pelea por el mercado hipotecario, como es el caso de ING Direct y su Hipoteca Naranja, que pasó de ser una de las mejores del mercado a una “del montón”. Esto lo consiguieron fácilmente: subimos un par de veces el diferencial, exigimos más y mayores vinculaciones y no nos vendrán realmente demasiados nuevos clientes a interesarse por nuestra hipoteca, y los que lo hagan tenderán a ser clientes nuestros, que confían en nosotros y que saben que en el mercado de depósitos funcionamos realmente bien.
Diversas hipotecas hemos analizado en las últimas semanas en este blog, y en todas ellas hemos visto de primera mano como cuando baja el Euribor, suben los diferenciales.
Pero aún nos queda la otra cara de la moneda: la demanda de hipotecas o la necesidad imperiosa de tener una casa donde vivir necesitando financiación.
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