Las ejecuciones hipotecarias se duplicaron durante el año 2008 hasta alcanzar un total de 58.686 embargos, lo que supone más del doble con respecto al año 2007, cuando las ejecuciones inmobiliarias ascendieron a 25.943, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Que este dato está unido fervientemente a la crisis es obvio, pues en el último trimestre de 2008 con la crisis bien asentada en todo el mundo, pero especialmente en España, las ejecuciones consiguieron su registro más alto con 21.211 embargos, mientras que durante el primer trimestre de 2008 éstos embargos fueron de aproximadamente la mitad, con 11.050 embargos.
Para este año 2009 las previsiones del máximo órgano de poder judicial alcanza los 86.681 embargos, y se prevé que superen los 121.000 embargos durante 2010.
Por provincias, la más afectada hasta el momento por la crisis es Andalucía con 11.458 embargos, seguida de Cataluña y Valencia, con 11.240 y 10.591 respectivamente. El resto de comunidades se encuentran bastante alejadas en número de ejecuciones respecto a estas.
Al parecer, esto no ha hecho nada más que empezar, y de esto no se salva absolutamente nadie, pues clases sociales de todo tipo se han visto envueltas en esta vorágine de embargos y ejecuciones.
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